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Sudor y lágrimas: cómo Honda desarrolló su primer airbag

Boom! El impacto es tan tremendo que el pequeño grupo de espectadores lo sienten en la distancia prudencial que los separa del automóvil que acaba de chocar, expresa y controladamente, contra una barrera de cemento. Todo el mundo contiene el aliento. Pronto se dan cuenta que el dummy, el muñeco utilizado en las pruebas de choque, se golpea frontalmente antes de que el airbag se hinche.

La escena es del año 1975, cuando Honda empezaba un proyecto independiente para desarrollar su propio sistema de airbags. El proceso fue largo y duro y parecía imposible conseguir que el airbag se activara en el momento preciso: era cuestión de fracciones de segundo de las que dependía totalmente la eficacia del dispositivo.

 

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Empezar desde cero

Inventar una tecnología desde cero es muy complicado: nadie tiene la información que tú necesitas. Cada vez que el equipo se encontraba con un problema que no podía resolver, iba a ver a expertos en el campo correspondiente para aprender de ellos y pedirles consejo. Pero juntar todas las piezas y hacer que el mecanismo funcionara era una tarea de mayor calibre.

Los primeros intentos fueron alrededor de dos opciones: un airbag que funcionase en base a un sistema de inducción de aire desde el exterior y el otro que funcionara con una carga de gas. Fueron muchas las pruebas para desarrollar ambos dispositivos pero finalmente el equipo de Honda, encabezado por Motohiro Okada, se decidió por la segunda opción. Entonces empezó una nueva fase de desarrollo de esta tecnología para mejorar el tiempo de reacción de este mecanismo.

Fue un viaje lleno de obstáculos, pero al final se consiguió, y en enero de 1979, cuatro años después de la escena que describíamos al principio, tuvo lugar el crash-test en el que Honda consiguió por fin que las bolsas de aire se hincharan en el momento preciso.

Unos meses más tarde el equipo de trabajo empezó a desarrollar un mecanismo que se hinchara con gas y polvo. El polvo provocaba un aumento de la temperatura del gas, lo que significaba que la bolsa de aire podía hincharse más fácil y rápidamente, pero por otro lado restaba efectividad y protección a los pasajeros. Tras un largo y exhaustivo proceso de prueba y error que se alargó 7 años desde el inicio del proyecto, los problemas se resolvieron sin tener que hacer grandes cambios al sistema.

Aprendiendo de la NASA

A finales del año 1982, se iniciaba la siguiente fase: mejorar la fiabilidad del sistema y que fuera complementario a la función de los cinturones de seguridad. El objetivo era desarrollarlo como un sistema de retención suplementario (SRS), un dispositivo de seguridad que protegiera al conductor y al acompañante en caso de impacto frontal.

Para esta nueva etapa, Honda se dirigió a los más grandes expertos en fiabilidad del mundo: la NASA, la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio de los Estados Unidos. El equipo visitó el Centro Aeroespacial McDonnell Douglas (MDAC) para estudiar técnicas y conceptos relacionados con la fiabilidad, en una experiencia que resultó reveladora para  los ingenieros que pudieron aplicar los conocimientos adquiridos para lograr sus objetivos.

A por las seis cifras de fiabilidad

Los métodos de análisis aprendidos con el MDAC permitieron al equipo presentarse triunfante a la reunión de evaluación de noviembre de 1983 con la cifra que se les había establecido como objetivo: 99,999% de fiabilidad, que indica una probabilidad de fallo de una entre 100.000. Sin embargo, se encontraron con una sorpresa: el entonces vicepresidente ejecutivo de Honda R&D Tadashi Kume les exigió la ardua tarea de incrementar el número en una cifra. “La fiabilidad es la clave de la eficacia del airbag”, explicó Kume. Una cifra con 6 nueves reduciría las probabilidades de fallo a una entre un millón.

La máxima fiabilidad llegó en la primavera de 1986. Se llevó a cabo una prueba final en una flota de cien vehículos y los resultados confirmaron que el sistema ofrecía las seis cifras de fiabilidad exigida por Tadashi Kume.

En septiembre de 1987, doce años después del inicio del proyecto, el primer sistema de airbag de Japón apareció en el mercado a bordo del Honda Legend. Actualmente, los airbags se han convertido en un equipamiento estándar en cualquier automóvil, incluso se ha implementado en algunos modelos de motocicletas.

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